Invertir en bienes tangibles

Pintura de Pilar Moré. Invertir en arte

Invertir en pintura

Obra de Pilar Moré

Invertir en bienes tangibles, activos no financieros

Invertir en bienes tangibles o activos no financieros consiste en la adquisición de bienes o elementos que, por sus especiales características, suelen aumentar de valor con el paso del tiempo, debido a su componente artístico o histórico, o bien, por su escasez. Los bienes con estas particularidades son las obras pictóricas, determinados tipos de monedas, libros, muebles, joyas…

La adquisición de activos no financieros puede obedecer a múltiples intenciones, como el puro coleccionismo, el mero entretenimiento del comprador, el disfrute de la obra adquirida, sus aficiones…, sin que en un principio, haya detrás un afán de ganancia.

Otras veces es únicamente la clara intención del inversor de optar por este tipo de inversiones, adquiriendo colecciones o piezas exclusivas o muy selectivas con el fin de obtener rendimiento en el futuro.

Por todo ello, la inversión-colección en bienes tangibles o activos no financieros merece ser considerada como una alternativa rentable que puede tenerse en cuenta a la hora de diversificar las inversiones.

Este tipo de bienes genera plusvalías a más largo plazo que los activos financieros. Los mercados de estos activos son muy diferentes y la liquidez no es inmediata.

Las características de estos activos no financieros son las siguientes:

Estabilidad y seguridad de la inversión. El valor de los bienes tangibles no sufre los vaivenes de los ciclos económicos ya que no están tan expuestos a los riesgos de mercado, económicos y políticos. En ocasiones pueden hasta aumentar su valor, ya que se utilizan como bienes refugio.

Los bienes tangibles ofrecen la potencial revalorización de la inversión y a la vez su uso y disfrute, ya que precisamente se trata de bienes físicos. (Pinturas, monedas, libros, automóviles, joyas…)

La adquisición de estos bienes puede suponer una forma de ahorro-inversión mediante la formación de un patrimonio con objeto de convertirlo en liquidez en el futuro.

Los aspectos que más influyen en el valor de estos bienes son: la calidad, el estado de conservación, la época de elaboración o antigüedad, el autor, creador…

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